Tras el retorno de Los Ratones Paranoicos, Juanse vuelve vigorizado con un disco de rock con distintos matices pero con una clara identidad.
Allá lejos y hace tiempo quedaron los días en los que Juanse era ninguneado y catalogado como un mero imitador de Mick Jagger. Con el paso de los años, el guitarrista y cantante de Los Ratones Paranoicos logró trascender a sus majestades satánicas y adquirir un estilo propio que fue perfeccionando con el paso de los años.
Hoy, después de una serie de discos tributo (“Pappo x Juanse” y “La Biblia x Juanse”) y el regreso de la banda que lo catapultó al éxito y con la que alcanzó la gloria, Juanse vuelve a las bateas con “Stéreoma” (cuyo significado, según palabras del músico en una entrevista a la revista Rolling Stone, es “eso que marca la diferencia entre el agua y el cielo, donde vos ves dónde se dividen las dos cosas”), un disco en el que pasea por los estilos a los que nos tiene acostumbrados pero con una energía renovada y necesaria en tiempos en los que todo es efímero y pocas cosas permanecen.
“Stéreoma” tiene en su arte de tapa a un pájaro y abre con un rock and roll acelerado y la voz de Juanse casi en un susurro. ‘Dormiste Sola’ le da paso a la balada ‘Mismo Camino’ que cuenta con la participación del malogrado Pity Alvarez, una de las gemas del álbum con una letra de salvación que hoy suena controvertida tras los hechos de público conocimiento que tuvieron al cantante de Viejas Locas como protagonista.
‘Elizabeth’ podría ser tranquilamente la hija de ‘Isabel’, un tema pegadizo de guitarras al frente, riffs certeros, un piano que adorna los huecos y una sección de vientos que le da mayor vuelo y que se amalgama con un exquisito solo made in Juanse que termina con un «lara la la la» primo de ‘Juana de Arco’.
‘Mustang Roll’ podría haber formado parte de uno de los primeros discos de Los Ratones, una canción rápida que termina solemnemente para darle paso al violento ‘Knock Out!’ con ganas de salir a pelear y no dejar a nadie en pie, todo lo contrario a ‘Ana y el Sol’, un tema pastoral un poco menos ardiente pero que no deja de lado la crudeza, la ráfaga de riffs y punteos que se pasean por todo el álbum.
Así como ‘Elizabeth’ es la hija de ‘Isabel’, ‘Pan Caliente’ es la parte II de ‘Enlace’; una canción ultra acelerada, letra de amor y un invite al pogo imposible de evitar. “Quiero darte lo mejor, sabés, nunca nada alcanzaré”, canta el maestro antes de machacar su guitarra y bajar mil revoluciones en ‘Perdoname’, donde se hace un abuso explicito del auto tune quizás para adaptarse a las nuevas modas musicales, algo totalmente evitable e innecesario para una canción que ya de por sí es bella y no necesitaba eso.
El primer single de “Stéreoma”, ‘Estoy de Vuelta’ es un rock paranoico con una letra reivindicadora porque, señoras y señores, “el líder” está de vuelta regalándonos buen rock and roll, motivo más que suficiente para celebrar. Llegando al final se encuentran ‘Quién Puede Más’ es un tema suave y con toques beatlescos que suena novedoso y diferente al resto del álbum, sin desencajar en la obra; ‘Para Mi’ tiene un groove metódico y un manifiesto a cargo del músico que declara «esto no puede ser real, me paso el día sin pensar, es el momento de saber si me hace bien o me hace mal».
El apoteótico final llega con un blues llamado ‘Pastillas’ junto al conocido cura rockero, El Padre Cesar, donde enumeran un sinfín de pastillas que definitivamente no van a tomar y que cierra de manera exquisita un disco bien logrado con un buen compendio de temas y una suerte de regreso para uno de los artistas más importantes del rock nacional de los últimos 30 años que en realidad nunca se fue, pero hoy “está de vuelta”.
¡Escuchá “Stéreoma acá!