John Mayer lanzó su octavo disco de estudio, “Sob Rock”, un álbum con estilo retro en el que el músico volvió a girar el timón. Un sonido sofisticado y elegante, con algunas pinceladas de soft rock y melodías pegadizas.
John Mayer se reinventa y viaja a los ’80
Pocos artistas pueden presumir de la versatilidad con la que cuenta John Mayer, un artista que puede pasar de componer una canción 100% pop, a desplegar todo su potencial como guitarrista haciendo covers de Jimi Hendrix.
Para su octavo trabajo, Mayer eligió volver a cambiar el rumbo y profundizar en un sonido más soft y melódico, con letras ácidas y reflexivas. Por momentos, el álbum parece funcionar como una suerte de disco conceptual de un músico que atraviesa su etapa adulta con desamores, desencuentros y, por momentos, algo de nostalgia.
El aroma a MTV, y un tiempo pasado que hoy ya no existe, sobrevuela la obra que a veces roza lo absurdo pero sin llegar a algo grotesco o snob, sino todo lo contrario. El disco, anacrónico, se sostiene de principio a fin con buenas melodías y una cuidada producción donde el veterano Don Was le da al disco el toque final para convertirlo en una verdadera joya a la altura de John Mayer.
Melodías simples en un disco casi perfecto
“Sob Rock” tranquilamente podría haber estado en las viejas bateas de las disquerías de los años ’80. Su particular arte de tapa y sonido rememoran esa época. Incluso hay canciones que parecen tener retazos de algún tema de los álbumes de Eric Clapton de aquella década. Sin embargo, John Mayer logra darles vuelo propio con su voz y su elegancia a la hora de tocar la guitarra.
Y hablando de sus dotes como guitarrista, en este disco se destaca su particular habilidad para el instrumento (potenciada por su colaboración con The Grateful Dead bajo el mote Dead & Company) en cuentagotas y con cuidados licks. ‘Last Train Home’, tema que abre el disco y que también se destaca por el colchón de teclas a cargo de Greg Phillinganes, es una prueba de ello.
También hay lugar para las baladas (‘Shouldn’t Matter but it Does’, ‘Why You No Love Me’, ‘I Guess I Just Feel Like’) y el new age (‘New Light’, ‘Carry Me Away’) con canciones más rimbombantes comola optimista ‘Til the Right One Comes’ (“Some people say I’ll never love someone. That’s alright, give it time and maybe, I prove you wrong when the right one comes”).
Quizás “Sob Rock” no sea el trabajo más pop de Mayer. Puede que genere sensaciones de amor y odio entre sus fans, pero de lo que no hay dudas es de que el guitarrista siempre sorprende y que toma a su música muy en serio, como una gran obra de arte.
Si esperan solos de guitarra y amplitud musical, quizás deban bucear en otros trabajos de Mayer; los que quieran seguir sorprendiéndose con las capacidades que tiene para trazar buenas historias con melodías interesantes, sabrán disfrutar de este álbum de principio a fin.
¡Escuchá “Sob Rock” ahora!