Después de casi 5 años de silencio, los ya icónicos Arctic Monkeys, sacaron a la luz su sexto disco de estudio, “Tranquility Base Hotel + Casino”.
Hay un largo camino recorrido, y muchos cambios a nivel sonido, desde el alucinante primer sencillo de Arctic Monkeys, ‘I Bet You Look Good on the Dancefloor’, lanzado el 17 de octubre de 2005, que culmino finalmente en “Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not”, lanzado en enero del año siguiente.
En esta oportunidad, ya en la portada, un tanto rebuscada, nos cruzamos con una suerte de maqueta abstracta, o modelo digno de un estudiante de arquitectura (Turner terminaría contando luego en entrevistas, que esto es un modelo del “hotel” que el mismo realizo, como si se tratase de la maqueta que se encuentra dentro del hotel en las primeras escenas de “El Resplandor”, y admitiría también que hay una inspiración en el trabajo de Kubrick para este disco), lo que pareciera ser una grabadora de cinta, sobre un fondo negro, apenas iluminado con una luz cálida por debajo, con una tipografía con estética futurista noventosa que ilustra el nombre del disco, pero no así de la banda…podría dar a pensar, basándonos en el sonido del disco, que es un proyecto paralelo de los músicos, pero no lo es.
La energía frenética de la banda, ha ido bajando exponencialmente disco a disco, han sabido ir creciendo, y mutando de estilos; este último trabajo, encabezado por la canción ‘Star Treatment’, asienta las bases de lo que será todo el disco. Pianos, armonías vocales… Un sonido que no desentonaría en una película ambientada en los años 50’s. Hay mucha introspectiva en los temas, en este mismo, Turner habla un poco de su pasado e inspiraciones antes de saltar a la fama, como se idealizan y distorsiona la visión que tenemos de las celebridades, tal como la luz de una estrella.
Las guitarras descansan
En un tono, hasta más melancólico, nos encontramos después con ‘One Point Perspective’, y ‘American Sports’. Si bien la primera es tal vez, un poco más jazzera, o con algún dejito de blues… no hay un gran cambio de sonido. Sin ir más lejos, el track número 4, que da su nombre al disco, tampoco sorprende tanto, ni así su sucesor, ‘Golden Trunks’.
El tema que más gusto a los monos tiene, es el número 6 del disco, el corte difusión ‘Four out of Five’, si bien mantiene esta línea más calma, más “adulta”, mantiene esa sensualidad rítmica y lírica tan propia de la banda.
Desafortunadamente, podríamos decir que es una trampa…la canción promete, pero es como hacer un trato con el diablo. Nos engatuza diciendo “Take it easy for a little while, come and stay with us. It’s such an easy flight” [Relajate un rato, vení y quedate con nosotros, es un vuelo sencillo]. Digamos que nos venden lo que será la experiencia “Tranquility Base Hotel & Casino” y no mienten… pero hasta este punto, tampoco sorprendió.
En séptimo lugar, nos topamos con ‘The World’s First Ever Monster Truck Front Flip’, que sigue la misma linea que el resto del disco, seguido por ‘Science Fiction’ y posteriormente por ‘She Looks Like Fun’.
Es algo más siniestro e interesante ‘Batphone’, ocupa el décimo lugar, y por último el disco concluye con ‘The Ultracheese’, el más melancólico del álbum, y el que tiene la lírica más sentida.
Hay opiniones encontradas con respecto al disco, hay quienes lo aman, y quienes lo odian… Para los fans de la vieja escuela de Arctic Monkeys (pre “AM”), se van a encontrar con algo nuevo, diferente… Que dista mucho de “Whatever people say”… “Humburg” (ese discazo que cuenta con Josh Homme como productor). Para los fans de la nueva escuela, tal vez no sea algo tan descabellado, es (mucho) más tranquilo que su predecesor, explora sonidos nuevos, se encontrarán con muchos sonidos reminiscentes del pop, soul y jazz. Es un disco un poco más conceptual, que sigue una línea, aunque un tanto monótona y dramática.
¡Escuchá “Tranquility Base Hotel & Casino” acá!